La artista puertorriqueña Bárbara Díaz Tapia elabora un singular ejemplo de la pintura como espacio para el diálogo político y social entre nosotros. En esta exhibición, ella aborda la maternidad desde un espacio incómodo y espinoso. La cultura impone un debatible lugar de privilegio a la madre, estado que tradicionalmente se concibe como de compleción femenina. En contraposición, Díaz Tapia impugna este privilegio mediante la presentación de madres como seres monstruosos insertados en la más reconocible cotidianidad puertorriqueña. El resultado es un duro retrato de nuestra sociedad a través de una polémica estampa de la figura materna. Para ello, la artista se vale de un lenguaje pictórico rico, repleto de comentarios y debates que seguramente continuarán entre el público. Con su creación pictórica, Bárbara Díaz Tapia realiza un robusto aporte a nuestra tradición de la pintura como provocación.